viernes, 21 de mayo de 2010

DIONISO - SEGUNDA PARTE

De vuelta a Grecia, Dioniso se dirigió a Beocia, el país de donde era oriunda su madre. En Tebas introdujo las Bacanales en las que todo el pueblo, y especialmente las mujeres, era presa de delirio místico y recorría el campo profiriendo gritos rituales. El rey se opuso a la introducción en su país de ritos tan peligrosos, y fue por ello castigado, así como su madre Ágave, hermana de Sémele, ya que Ágave, en pleno delirio, lo desgarró con sus propias manos en el Citerón. En Argos, Dioniso puso de manifiesto su poder de manera análoga, al enloquecer a las hijas del rey Preto, así como a las mujeres del país, que recorrieron la campiña mugiendo como si hubiesen sido convertidas en vacas y llegando, en su extravío, hasta a devorar a sus hijos en su seno.
Después, quiso el dios pasar a Naxos, para lo cual contrató los servicios de unos piratas tirrenos, pidiéndoles que lo embarcasen en sus naves y lo condujesen a dicha isla. Pero los piratas, fingiendo aceptar el trato, pusieron rumbo al Asia, con la idea de vender a su pasajero como esclavo. Cuando Dioniso se dio cuenta, transformó los remos en serpientes, llenó el barco de hiedra e hizo que resonaran flautas invisibles. Paralizó la nave entre enramadas de parra, de tal modo que los piratas, enloquecidos, se precipitaron al mar, convirtiéndose en delfines. En ese momento, el poder de Dioniso fue reconocido por todo el mundo, y el dios pudo ascender al cielo, terminada ya su misión en la tierra e implantada por doquier la observancia de su culto.

Sin embargo, antes quiso descender a los Infiernos en busca de la sombra de su madre Sémele, para devolverla a la vida. Lo hizo atravesando el lago de Lerna, un lago sin fondo que se creía el acceso más directo al mundo infernal. Pero, como Dioniso no sabía el camino, hubo de preguntarlo a un tal Prosimno, el cual le pidió, para cuando regresase, una determinada recompensa. Dioniso no pudo dársela porque Prosimno había muerto antes de su regreso, pero se esforzó en cumplir su promesa mediante un bastón de forma apropiada que plantó en su tumba. En el Hades, Dioniso pidió al dios que pusiese en libertad a su madre. Hades accedió a condición de que Dioniso diese a cambio algo que estimara mucho. Entre sus plantas predilectas, el dios cedió el mirto, y tal es el origen de la costumbre que tenían los iniciados en los misterios dionisíacos de coronarse la frente con mirto.

Después de su ascensión al cielo, y en calidad de dios, Dioniso raptó a Ariadna, en Naxos.

Dioniso interviene también en la lucha de los dioses contra los gigantes: mata a Éurito de un golpe de tirso, su insignia ordinaria.

Dioniso, dios del vino y de la inspiración, era festejado mediante tumultuosas procesiones en las que figuraban, evocados por máscaras, los genios de la Tierra y la fecundidad. De estos cortejos se originaron las representaciones, más regulares del teatro, la comedia, la tragedia y el drama satírico, que conservó por más tiempo la huella de su origen. El Senado Romano hubo de prohibir la celebración de las Bacanales en 186 a.C., por su carácter orgiástico y licencioso. Pero las sectas místicas siguieron guardando la tradición dionisíaca, y el dios desempeña todavía un importante papel en la religión de la época imperial.


Fotografía:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2d/Sebastiano_Ricci_008.jpg


Bibliografía:
Libro de mitología griega.


Webs relacionadas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Dioniso

http://www.historiacocina.com/especiales/articulos/vino/2.html

http://pioneros.puj.edu.co/lecturas/iniciados/boorstin/TRAGICOMEDIA.pdf

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